Pension Casa Maruja

Me alojo aquí con mi hermano el 11 de septiembre, haciendo el Camino de Santiago. Cumplió con las expectativas esperadas, y la atención de la propietaria es bastante agradable y dispuesta. En mi caso, una habitación con baño privado, bastante amplia y con espacio suficiente para poder moverte. El baño, correcto y muy limpio. La cama, personalmente, sí me resultó cómoda para dormir. El wifi funciona en todo el establecimiento y con muy buena cobertura. El pueblo, al carecer de otros alojamientos hoteleros, respira paz y descanso en un entorno único dentro de la Galicia más rural. El único restaurante que hay, muy bien llevado por su propietaria, quien se desvive por los peregrinos.