Carabela

Mi marido y yo estamos de vuelta después de una estancia de una semana y no estamos decepcionados, a pesar de haber tenido 3 días de lluvia. Cuando llegamos nos dieron la habitación 107, que era muy agradable, aunque esa misma noche descubrimos que era muy ruidosa porque justo al lado hay un callejón donde se dejan los cubos de basura. Fuimos a recepción a la mañana siguiente y nos cambiaron inmediatamente a la 405, una habitación muy tranquila. Además, enseguida nos pidieron disculpas. Sin embargo, si no hubiese habido otra habitación habría sido un problema serio porque la nuestra era MUY ruidosa. El hotel es encantador. La familia que lo lleva lo ha decorado con hermosas pinturas y antigüedades. Está muy limpio y la comida es de buena calidad. De hecho, tranquiliza ver a los propietarios y a sus hijos comer del buffet. El solarium en la azotea es un remanso de paz, con unas vistas fantásticas sobre la isla. Habíamos oído que el complejo turístico era en un 99% alemán, aunque eso no nos importó. Después de todo, estás de vacaciones. Nos gustó mucho Paguera. Los restaurantes estaban muy bien, sobre todo el Ambasador. Nos encantaron sus platos tradicionales mallorquines. Como estaba lloviendo, fuimos a los complejos turísticos de Santa Ponsa, Magaluf y Palma Nova, que realmente no eran para nosotros. Demasiado ruidosos y llenos de gente. También fuimos al parque Katmandú, que es de visita obligada. Nos ha encantado este hotel. Buen servicio, limpio, buena comida y justo al lado de la playa.