Chambres d'Hôtes Les Remparts

Thierry et Dominique te ofrecen una bienvenida impresionante. El hotel está en un gran casón sobre las murallas de la 'bastide' de Castillonnes. Tiene un patio interior que en verano debe hacer las delicias de los huéspedes. Por desgracia nosotros fuimos en noviembre y el tiempo no acompañó del mismo modo. La habitación Perla, situada en el primer piso, hay que reconocer que era magnífica. Muy amplia con dos camas 'queen size', y hasta sofá. Con todas las comodidades y necesidades para el viajero, tenía un toque provenzal que le daba su encanto. El orden y limpieza tanto de la habitación como del resto del hotel era muy correcto. Respecto a la calidad del sueño, las persianas de la habitación ajustaban muy bien y los dobles vidrios de las ventanas hacían que no se oyeran los coches que pasaban por la carretera. Si se puede poner una pega para la gente más exigente, es que la luz de emergencia de color verdoso, en la oscuridad resaltaba suficiente como para no necesitar de luz en la habitación para moverte. Respecto al restaurante, disponen de un espacio que sin ser excesivamente grande, da cabida a varias mesas, incluso llegando a poder disponer de un pequeño reservado. El menú es de gran calidad y originalidad. Su único punto débil es que como buena cocina francesa hace excesivo uso de la mantequilla. Sin embargo dispone de un menú vegetariano e incluso, para dado nuestra necesidad de comer más ligero, Dominique tubo la inmensa amabilidad de preparamos el pescado con una salsa cítrica que estaba genial. Respecto a los vinos, dispone de una bodega no excesivamente larga, pero más que suficiente y de una relación calidad-precio muy buena. Vinos de Bergerac, Cahors, Cote de Provence, Chablis y Burdeos muy dignos. Imposible no encontrar un caldo con el que acompañar las cenas. Los postres muy buenos y las infusiones geniales. El desayuno, a base de producto de calidad y ecológicos, fantástico. Muy energético y nada pesado. El pueblo de Castillonnes, es un pueblo poco muerto. Gracias a Dios, en el hotel se estaba muy bien y se podía disfrutar de una copa de buen vino mientras podías disfruta de un buen libro. Personalmente, es un hotel para todo tipo de viajero, excepto para un grupo de gente joven con ganas de jaleo. Es un hotel para disfrutar de la tranquilidad y reponer fuerzas. Un sitio que puede ser una buena base de operaciones para conocer el Bergerac y la Dordogne, incluso para acercarse a Bordeaux para buscar vinos.