Hai Anh Guesthouse

Al igual que muchos de los comentarios que aparecen aquí Mr. Hai es un hombre excepcional, hizo todo cuanto estuvo en su mano para que nuestra estancia en la isla y en su guesthouse fuese lo más agradable posible. Voy a comenzar por los mejores puntos de nuestra estancia allí. Las motos más económicas que puedas encontrar en la isla seguramente sean las de Mr. Hai, si no has llevado moto en tu vida no tienes por que preocuparte; él mismo es un magnífico profesor de autoescuela además de un examinador muy estricto aunque con la manga un poco ancha. En un rato es capaz de explicarte el funcionamiento de la moto, realizarte unas prácticas e incluso un examen final tras el cual te dejará llevarte la moto (la rigurosidad queda un poco en tela de juicio, pero esa es la mejor parte de la experiencia). Desde allí mismo puedes concertar un sin fin de actividades, snorkel por el sur o el norte de la isla, visitas por el interior, visitas al archipiélago de islas al sur de Phu Quoc, o como en nuestro caso un curso de cocina. Que por casualidad y sin ánimo de lucro Mr. Hai nos animó a que hiciésemos con el en su casa junto a su mujer. Fue de lo más entretenido, preparamos 2 platos para la cena, previamente compramos todo en el mercado, que está muy cerca de su casa, para posteriormente entre explicaciones y risas cocinarlo en su casa. El matrimonio en si es encantador, están pendiente de ti en todo momento, por si quieres té (gratis) o algo de comer, te preguntan y/o aconsejan con tu plan para el día, y les encanta preguntar por tu país de origen y hablar sobre el suyo, el trato es tremendamente familiar. Mr. Hai además es un hombre muy resuelto, con un fluido pero peculiar inglés no dudará en abordaros con sus historias y sus preguntas, la verdad que por lo que pudimos conocer de el es una excelente persona. Por otra parte hay unos pequeños detalles que imagino que por motivos culturales a ellos se les escapan. Lo comentamos con el personalmente para tratar que mejore su guesthouse ya que vale mucho. Lo primero es que al menos cuando estuvimos nosotros le hacía falta una manita de pintura. Pese a estar limpio todo, habían unos pequeños detalles que necesitaban un poquito más de dedicación con un trapo para quitar un poco de polvo, y adiós a las flores de plástico en las habitaciones por favor. Por último el pueblo de pescadores, realmente no tiene mucho encanto, y tiene poco que ofrecer, pero por lo que estuvimos viendo, se puede comer marisco fresco a muy buen precio. Merece la pena por lo menos quedarse una noche en este lugar y conocer a tan singular, pintoresco y digno personaje de la isla. Nosotros le alquilamos la moto durante una semana, y durante nuestra estancia en la isla fuimos a visitarle alguna ocasión más; ya que el pueblo Ham Ninh está muy bien comunicado, bien ubicado y se encuentra a unos escasos 15 minutos en moto desde Duong Dong, con lo que no daba pereza en absoluto acercarse a saludarle y charlar un rato con el.