Ashford International Hotel & Spa

Hemos pasado seis noches en este hotel. Las habitaciones eran dobles estándar. De tamaño no muy grandes pero suficiente. Como consejos: hay que pedir habitaciones en las plantas más altas, pues a nuestros hijos les dieron la de la planta de las numeraciones 2 (primera planta) y era algo sombría. También, si van en familia, avisen de que van juntos, si no les puede pasar como a nosotros, que nos pusieron en plantas distintas. En cuanto a lo que hay en la habitación, está correcto. Un par de días se olvidaron de reponernos consumibles, y otro el cajón de un armario estaba mal (dos tornillos caídos), pero la capacidad de respuesta es encomiable. En el caso del arreglo del armario, nos dejaron incluso una cajita con chocolatillos en forma de herramientas, un detalle muy simpático. En cuanto al restaurante, destacaría el desayuno, muy completo, variado y abundante. Para cenar, lo veo más bien caro. Para economías ajustadas, recomiendo ir al Eureka Park que queda cerca o a algún pub de Ashford o Kennington que los hay buenos. Para la última noche, como teníamos que hacer maletas pedimos servicio de habitaciones y debido a la ambigüedad de la carta en las habitaciones tuve que bajar a preguntar cuál era la versión actualizada, aclarado, luego llamé, nos dijeron que sólo servian bocadillos, lo cual era raro para un hotel tan grande, lo comentamos en recepción, y ahí la atención al cliente también estuvo ágil, pues lo remediaron y al final pudimos pedir una cena cocinada. Por último, quisiera decir que el gimnasio está bien, algo pequeño cuando hay mucha gente, pero es un valor añadido, como también la piscina, no muy grande, pero considerando que no se cobra aparte está más que bien. El spa no lo probamos pero viene gente no alojada de fuera, así que no debe estar mal. Para finalizar, hay que apreciar la proximidad a la estación internacional, la autopista (M-20) y la ciudad y el Eureka Park y tanto un Sainsburys más abajo como un Waitrose arriba, por si se quiere ahorrar aun más o comprar artículos en un supermercado, en caso de emergencia. Aunque no definiría el hotel como un remanso de paz, pues tiene bastante movimiento (comerciales, deportistas, familias...), y es animado según qué día, pidiendo una habitación sosegada, lejos del restaurante o el bar puede garantizar un feliz descanso, y la carretera no se oye en absoluto.