Grinda Wärdshus

Fuimos a la isla de Grinda por recomendación de una amiga que vive en Estocolmo. Nos apetecía pasar casi un par de días fuera de Estocolmo pero no disponíamos de tiempo ni medios para alejarnos mucho. Llegamos a la isla después de hacer una cómoda travesía de un par de horas. Desde el desembarco nos dimos cuenta de que la isla tiene un encanto especial; creo que especialmente fuera de la temporada alta ya que nosotros llegamos a principios de noviembre (justo en la última semana que alquilaban las cabañas). Después de recorrer todos los caminos de esta pequeña isla y disfrutar en el embarcadero nos fuimos a tomar una copa al Restaurante/Hotel de Grinda. Y la experiencia no pudo ser mejor.... había un par de músicos tocando las canciones que íbamos pidiendo (Sting, Beatles, U2...), la chimenea encendida a tope (hacía hasta calor!), la gente cantando y hablando con todo el mundo (nos sorprendió lo curiosos que son los suecos!)... en fin, al final nos tomamos 3 copas antes de irnos con una sonrisa de oreja a oreja 😜