Constance Ephélia

Simplemente perfecto! El complejo es increíble! Todo perfectamente integrado con la naturaleza. El personal super amable, te añaden a un WhatsApp y puedes consultar lo que quieras en castellano, siempre están disponibles! Desde que llegas te hacen sentir especial. En cuanto al complejo, es enorme, tiene dos playas, la que más nos gustó fue la sur, arena blanca y agua como una piscina, cierto que para entrar tiene resto de conchas y piedras muy pequeñas, pero puedes entrar descalzo, nos llegamos a bañar varias veces prácticamente solos, con dos personas más en todo el agua. La playa norte, arena blanca y fina y agua turquesa, muy bonitas, pero más gente, tanto del hotel como local. Las dos son públicas, pero con muy poca gente, en general. Siempre hay tumbonas disponibles, no tienes que madrugar para poder coger una. Te dan toallas en cualquier sitio y puedes pedir comida o bebida desde la tumbona, pasan cada poco tiempo preguntando. Para ir de un sitio al otro del complejo hay buggies, pasando sin parar, máximo esperamos 10 minutos. La habitación fue increíble, nos dieron una superior a la que habíamos contratado, cosa que nos hizo una ilusión enorme y lo agradecemos muchísimo! Fue una junior suite. Siempre impecable, super limpia, enorme, camada comodísima, terraza con vistas al mar. Todo el hotel está limpisimo! No hay ni siquiera hojas por el suelo y eso que estás literalmente en la selva, rodeado de todo tipo de árboles. Limpian la playa por la mañana y la orilla está perfecta. La comida: desayuno super bien, mucha variedad. La cena en el corossol muy bien también, pero para nosotros el mejor, el Helios! Calidad, presentación de la comida y amabilidad del personal, increíble! Hay 6 piscinas en todo el hotel, muy vacías siempre, porque de las cosas que más nos han gustado, es que aunque esté lleno, nunca tienes la sensación de aglomeraciones, no tienes que esperar casi para nada, ni para coger mesas en restaurantes, ni para desayunar, ni para pedir comida en las tumbonas... Sí recomiendo reservar las cenas con antelación, que se puede hacer. De todos modos sino, si vas a cenar sobre las 20.30 h, te dan una mesa, en 15 minutos máximo, aunque no tengas reserva. Todo es muy tranquilo, hemos dormido de lujo! No hay música alta, todo el mundo super respetuoso, tanto personal como clientes. La comida es cara pero no tanto, tendiendo en cuenta dónde estás. Una hamburguesa suele costar unos 22-25€ o una pizza unos 30€. Es el hotel más perfecto en el que hemos estado, naturaleza y playa indescriptibles con palabras, tranquilidad total, personal super amable, facilidades... En fin relax y lujo absolutos! Mil gracias por que exista un sitio tan increíble!