Hotel Himalaya

Bonito hotel cerca del centro histórico de Patan (15 minutos andando). Fue una de nuestras paradas en nuestra luna de miel y, la verdad que fue un acierto. Las dos primeras noches nos alojaron en una habitación sencilla, con vistas a la piscina. Estaba limpia y cuidada, aunque al baño no le vendría mal una remodelación. Tuvieron el detalle de regalarnos una tarta que estaba riquísima, felicitándonos por nuestra luna de miel. La última noche que pasamos en Nepal, volvíamos de un viaje en coche de 10 horas (por el terrible tráfico y estado de las carreteras) y nos asignaron de las mejores habitaciones del hotel. Era enorme, con una gran cama, con dos sofás grandísimos, un buen baño y unas magníficas vistas a la piscina y al pequeño templo que tiene el hotel. Fue todo un detalle. El hotel está muy limpio en general, constantemente ves a alguien limpiando. Es muy tranquilo y acogedor. El personal es fantástico, muy agradable y servicial en todo momento y a cualquier hora. Es muy seguro, ya que el hotel está vigilado por guardas constantemente a la entrada y los que hacen parrillas. Tienes wifi gratuito en la recepción y en el bar a ciertas horas. El desayuno no es nada del otro mundo, aunque es más que suficiente. Los camareros son muy atentos. Hay que tener mucho cuidado si se desayuna en el jardín, ya que si te despistas un poco, un cuervo puede acabar comiéndose tu desayuno (me paso de verdad). Está situado justo a las afueras de la caótica Kathmandu, en Patan, en una calle con mucho tráfico (como toda la ciudad) pero una vez que cruzas la puerta del recinto, todo se vuelve paz y tranquilidad. Muy recomendable y seguro que si volvemos a Nepal, repetiremos hotel.