Gondwana Damara Mopane Lodge

Es curioso encontrar un hotel como este que parece que está en medio de la nada tras kilómetros de carretera. Es un oasis llegar allí y disfrutar de sus árboles, el azul de su piscina o sus instalaciones. Pasamos una noche y el hotel nos gustó mucho. Las habitaciones son casitas con su puertecita de entrada tipo verja y una zona de jardín/huerto alrededor con un porche con sus sillas y una mesita. La habitación es amplia y moderna, una cama grande y cómoda, zona de armario con secador de pelo, caja fuerte, paraguas.... El baño amplio y con amenities de calidad (por lo que pude ver puedes comprarlos en recepción). Las habitaciones se disponen en un semicírculo alrededor del edificio donde está la recepción con el hotel y el bar. Destacar a su personal, súper amable. La tienda de artículos de recuerdo me gustó mucho, hay cosas curiosas y muy bonitas. Por cierto, puedes enviar alguna postal desde la misma, ya que disponen de sellos. A las seis hay una actividad gratuita que consiste en subir a una plataforma en lo alto de la montaña para ver desde allí el atardecer mientras bebes algo. Muy agradable y las vistas a la zona de la sabana muy bonitas, hay en los alrededores animales, así que con suerte y con prismáticos podrás ver alguno desde arriba. Al bajar cenamos al aire libre con una zona de fuego en el centro muy agradable. La comida muy rica y con opciones para todos. El desayuno bien también. Como anécdota hay un gato que "trabaja" en el hotel y te recibe en el mostrador de recepción o se pasea por las mesas. Como punto negativo destacaría que el wifi no llega apenas a las habitaciones y que el sonido del piar de los pájaros durante la noche si tienes el sueño ligero puede ser molesto, arman un buen escándalo que desaparece por la mañana.