Almira Suites

Maravillosa atención personal. La atención corre a cargo de Mariza y Dimitris, dos hermanos. Dimitris nos dio un mapa y nos dio sugerencias sobre qué hacer y ver en la isla. Sobretodo, a tener en cuenta la indicación de a que playa ir cuando hace viento. El hotel está muy bien situado a las afueras de Naoussa, con vistas al mar. El hotel es amplio, con parking privado. Pasa una carretera por delante y, en junio que estuvimos nosotros, no se oía ruido de tráfico. Las habitaciones son casitas individuales. Algunas de ellas son de dos plantas con dos habitaciones. Fuera disponen de terraza con mesa y tendedero. Dentro es amplia, con sitio para dejar las maletas, con nevera, pila, cafetera y tetera y algunos platos y vasos. La cama grande y cómoda. A nuestra llegada, tenía almohadas muy altas para nuestro gusto. Al día siguiente le pedimos a Mariza si tenían más bajas y nos pusieron dos más bajas. Baño amplio. Todo muy limpio y en muy buen estado. Muy luminoso. A pesar de tener contraventanas, entra algo de luz y puede ser necesario usar antifaz para dormir. El desayuno se sirve al lado de la recepción. Puede ser dentro o fuera. Fuera hay cuatro mesas y da la sombra a dos. Muy buen desayuno. Dimitris siempre hace varías cosas de repostería muy buenas que va variando cada día. Hay fruta, que también varía, mermeladas hechas por ellos, fiambre y queso, dos tipos de pan y frutos secos que recuerde. Preparan el café que apetezca. Hay té y leche fría o caliente. Hacen huevos fritos o tortilla. Buena señal de wifi. Como nuestro barco salía a las 19, nos dejaron ducharnos en otra habitación el día que nos íbamos, tras disfrutar de la playa, sin ningún cargo. Ha sido una experiencia muy positiva y, sobretodo, la simpatía y buen hacer de Mariza y Dimitris. Totalmente recomendable.