Hotel Oberhofer

Y eso le ocurrio a mi mujer. La entrada al hotel fue a las cinco de la tarde, despues de abrir maletas y cambiarnos ... fuimos al comedor a cenar. La vista fue espectacular; montañas de mil metros de altura al otro lado del valle en donde estaba el hotel y la niebla espesa, pero en jirones, atravesando el paisaje y mostrando y escondiendo el precioso paisaje que se vislumbra. Fui increible, la mayor emocion sentida ante un paisaje y eso que antes habiamos visto lo mismo desde la habitacion, pero entrar al comedor , que te enciendan las velas de la mesa y esa vista, fue... demasiado. El hotel es pequeño pero perfecto. La comida es perfecta. El servicio es perfecto y si no lo sientes asi por la presunta adustez del hijo del dueño, es un error. Son cordiales pero no dejan de tener ese caracter centroeuropeo que a veces confundimos con sombriedad . La comida merece dos( o mas ) estrellas Michelin. Son tres platos mas buffet de verduras/ensaladas, mas postre. Un entretenimiento con un queso con verduras + 1º.- un consome o sopa ligera. + 2º.- un entrante tipo antipasto. +3º el buffet de ensaladas crudas o cocidas o choucroutso conservas, mas aceitunas, atun , sardinas, etc .+ 4º el unico plato a elegir, entre carne o pescado. + el postre para rematar. Por supuesto el primer postre fue la Apflestrudel con crema inglesa. Pecado mortal el comerla y el no comerla. La habitacion perfecta, amplia, luminosa, limpia... solo un pero. No hay bidet. ¡ ¡ Asi te duchas mas, no les falta el agua. El pueblo pequeño, empinado y perfecto con la gente que siega la hierba del jardin a mano despues de su trabajo, para guardar forraje. La piscina , la sauna, el jardin exterior con el solarium y los estanques y el jardin de juegos frente al hotel no eran de verdad, era un anuncio que nos montaron exclusivamente a nosotros. Lo raro es que durante una semana mantuvieron el atrezzo. :D Y el paisaje de alrededor es de cuento. Cuando ves todos los dias un Bambi que levanta educadamente la vista para verte pasar, no consideras que es algo bonito, pero nosotros no lo habiamos visto jamas. El tranvia que te lleva de Innsbruck a Telfes es un vehiculo clasico y encantador. Y el paisaje sigue siendo un anuncio, como los jardines del hotel. Dicen que el Florencia puedes morir ante tanta belleza, aqui no te permites morir, porque te perderias detalles que jamas volverias a disfrutar.