Ferienparadies Lerch

Estuvimos con nuestras 2 hijas pequeñas estas Navidades (26/12 al 02/01) y nos lo hemos pasado genial en el hotel Lerch. Es un hotel tradicional austriaco, por lo que vimos frecuentado por gente de la zona y unos pocos extranjeros (rusos, alemanes y checos). La habitación es correcta (un poco justa de tamaño para dos adultos y dos niños), con un bonito balcón. El baño es pequeño y escaso cuanto a toallas y amenities). Este es el único pero de nuestra estancia: dejamos para cambiar nuestros albornoces el tercer día y no nos los volvieron a poner. En cuanto amenities sólo vimos los dos pequeños botes de champú del primer día y no volvimos a ver ninguno más. Menos mal que traíamos nosotros. Lo que caracteriza al hotel es sus instalaciones y su decoración interior: muy bonita, con mucho gusto y todo impoluto pese a la cantidad de figuras y elementos decorativos. El personal muy amable. Pese a que no hablábamos casi nada de alemán, nos pudimos apañar en inglés y nos hicieron sentir muy cómodos allí. En cuanto a gastronomía, el desayuno era muy local, con mucho embutidos y panes con mantequilla, sin bollería y apenas fruta, pero enseguida nos acostumbramos. De 15.30h a 17h había una merienda para cuando bajabas de las pistas de esquí. La cena nos pareció muy buena. compuesta de 3 platos y postre en el que elegíamos entre, con dos platos principales, que cada día nos sorprendía muy gratamente. Nos pareció curioso que cada habitación tenía una mesa asignada siempre durante toda la estancia, tanto para el desayuno como la cena. En cuanto a actividades, es fundamental la piscina interior/exterior climatizada. La experiencia de estar a -10ºC cayendo la nieve sobre tu cabeza mientras estás metido en el agua a 32º nunca lo habíamos experimentado y nos encantó. También está muy bien el mini zoo y la zona de juegos exterior para niños. Debido al frío y la nieve, sólo algunas gallinas y caballos se atrevían a salir de sus cobijos. En primavera debe ser una experiencia inolvidable para los niños. Hay bastante zona para aparcar. La estación de esquí de Alpendorf (ski Amadé) está a menos de 1 km y se puede ir fácilmente en el taxi que pone el hotel para sus clientes o en los autobuses municipales (la parada esta a 100m). La estación de esquí me pareció inmejorable en cuanto a organización, remontes y pistas. Creo que la relación calidad/precio de este hotel, especialmente en temporada alta de esquí (fin de año), es muy buena. En la cena de Nochevieja, pusieron un menú especial, música en directo y fuegos artificiales y no cobraron ningún suplemento adicional por ello. Merece la pena viajar allí y poder hacer algo de turismo en los alrededores, especialmente Salzburgo y Berchtesgaden (Alemania). Sin duda volveremos. Todo el personal son ha hecho sentir muy a gusto allí y nos lo hemos pasado genial.